El chirriar de las zapatillas al contacto con la pista, el golpeo del balón para rematar un ataque o el sonido seco de un bloqueo a cuatro manos es, junto a las voces de decenas de jugadores y jugadoras, la seña de identidad de una tarde en la cancha de Voleibol Leganés. Profesionalidad y diversión dos en uno.
Son el santo y seña de la cantera del voley en Madrid. Por sus instalaciones pasan más de 500 deportistas, desde infantiles a veteranos todos con una pasión común: el voleibol. Una gran familia que cada fin de semana es arropada por una impresionante masa social que abarrota las gradas para animar a su equipo, algo de lo que está especialmente orgulloso su director deportivo, Rafael Ramírez, que nos cuenta que este es un club con historia…
vía subetudeporte.com, publicado por Jose Luis Leandro.